Nutri-Score, ¿sistema de información o desinformación?

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“Me asombra que España no se oponga al Nutri-Score tal y como ha hecho Italia, para defender y proteger sus alimentos tradicionales (…). El Nutri-Score va en contra de alimentos fundamentales para la salud y la sociedad mediterránea, como es el aceite de oliva, los quesos y el jamón, entre otros. (…) Un alimento es algo más que calorías y componentes químicos, ¿qué pasa con la salud, el bienestar, la identidad, el hedonismo, la sostenibilidad, la tradición(…)?

Ponencia del Dr. José Ángel Pérez Álvarez, de la Universidad Miguel Hernández, en la presentación del sistema 5S de clasificación de los alimentos, en el ICAF2020, Congreso de Gastronomía, Sostenibilidad y Desarrollo que tuvo lugar en octubre de 2020 en Cáceres.

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La nueva estrategia de la Unión Europea “Del Campo a la Mesa” tiene entre sus objetivos instaurar un sistema de información nutricional, que llegue con mayor facilidad al consumidor. El Nutri-Score o el sistema de semáforos, es por ahora el favorito y algunas grandes industrias ya lo han puesto en marcha de forma voluntaria. También es el sistema por el que está optando el Ministerio de Consumo, al que ya hemos transmitido, nuestras reticencias y preocupación, que compartimos a continuación:

  1. Los alimentos son más que la suma de sus partes (Astrup, A., 2019). Entre los factores que pueden procurar un beneficio para la salud está el disfrute sensorial, la confianza y cercanía con los productores, el respeto en los métodos de elaboración, la identidad y tradición.  Todos estos aspectos no son tenidos en cuenta por el Nutri-Score.
  2. ¿Cómo se explica que alimentos procesados y ciertas bebidas poco saludables puedan obtener mejor puntuación que alimentos sin procesar como quesos, aceite de oliva, carnes de animales en extensivo, entre otros? En este sentido, no parece que el Nutri-Score informe al consumidor a optar por una alimentación más sana, siendo este el objetivo.
  3. Tampoco incluye y valora la procedencia de la materia prima, a pesar de ser ésta, información relevante para el 80% de los consumidores de lácteos y carne europeos.
  4. En el caso de los lácteos hay estudios científicos que constatan los beneficios de las grasas para la salud (Dekker, L.H., 2019) (Kratz, M., 2019) (Lordan, R., 2017), (Astrup, A., 2019), que el Nutri-Score no sólo no tiene en cuenta, sino que las penaliza.
  5. También hay evidencias científicas suficientes sobre los beneficios para la salud de los lácteos fermentados.   En La Conferencia Científica Internacional sobre Leche Cruda que tuvo lugar en Valencia en octubre de 2019, se presentaron numerosos estudios acerca de los beneficios de la leche cruda. Las presentaciones y resultados se pueden consultar en la web. El Nutri-Score tampoco tendría en cuenta todas estas propiedades beneficiosas a la hora de evaluar la salubridad de un alimento.

Por estas razones, el Nutri-Score no es el mejor sistema para ayudar al consumidor a mejorar la alimentación, la salud y la cultura culinaria.  Por el contrario, saldrán muy perjudicados alimentos tradicionales y saludables de la dieta mediterránea, como es el caso de los lácteos, el aceite o el jamón. No sólo se excluyen de este sistema sus beneficios, sino que además, salen muy mal valorados.

¿Y qué dicen los vecinos europeos?

En la asamblea general de las Denominaciones de Origen italianas que tuvo lugar el 27 de octubre de 2020, la Ministra de Agricultura italiana, dedicó al Nutri-Score, algo más de 4 minutos, de un discurso de 13, que nos ha parecido interesante traducir:

“En este momento son numerosos los temas importantes que tenemos encima de la mesa, como la voluntad de algunos países europeos de introducir sistemas de etiquetado nutricional simplistas y muy peligrosos, me refiero como podéis imaginar, al llamado sistema “Nutri-Score”, el sistema de los colores que algunos han bautizado como “el semáforo”, para clasificar a los alimentos en categorías seguras o más o menos peligrosas. No es nuestro sistema y no aceptaremos nunca “estos semáforos”. El documento de posicionamiento que Italia ha presentado, lo han apoyado la República Checa, Chipre, Rumanía, Grecia, Hungría y Letonia, en el que afirmamos los principios para un futuro esquema de etiquetado nutricional frontal armonizado a nivel europeo. He debatido de ello la semana pasada después del Consejo Agrifish de Luxemburgo, con la Comisaria de la Salud a la que he solicitado un nuevo inicio en el que pongamos en el centro a los consumidores y a los productos de calidad sin condicionarnos de los esquemas existentes, mas basarnos en el rigor científico y en evaluaciones de los instrumentos necesarios que incentiven la elección de dietas equilibradas, que defienda con gran determinación el sistema de la dieta mediterránea y nuestras delicias, así como las dietas tradicionales. Según sus promotores, el Nutri-Score se justifica como un modo de dar información fácilmente visible, dirigido a los estratos de la población con baja cultura alimentaria, clasificando la salubridad de un alimento a través de varios colores que van del verde al rojo, coloraciones que responden a algoritmos de cálculos aplicados a algunos componentes como grasas, azúcares, sal y energía por 100 gramos de un alimento específico.  Nosotros somos completamente contrarios. Se lo he confirmado a la Comisaria Stella Kyriakides y al Comisario Janusz Wojciechowski.  Nuestra propuesta relativa al Nutri-Inform, se basa en información voluntaria proporcionada por los operadores alimentarios al consumidor mediante un sistema de “baterías”. Estamos trabajando en el Decreto Interministerial que introduce en nuestra normativa, la posibilidad de informar voluntariamente al consumidor en función del contenido de energía, grasas, azúcar y sal, en una porción y no sobre 100 gramos. El sistema gráfico que utiliza las baterías, para indicar el porcentaje de la dosis diaria recomendada, nos parece que proporciona claramente y de forma correcta la información al consumidor sobre lo que está adquiriendo para el consumo, evitando así información demasiado simplista y engañoso. Poniendo el ejemplo del aceite de oliva extravirgen, con el sistema nutri-score,  por estar constituido de grasas saturadas e insaturadas, sería un alimento peligroso. El punto es que el Nutri-Score se basa en las grasas de 100 gramos de aceite, y no como en el sistema NutriInform en la porción diaria del condimento, que suele ser una cucharada. Con el sistema defendido por nuestros socios franceses y alemanes, llegaríamos al absurdo de que el consejo de un nutricionista de consumir aceite de oliva por sus efectos benéficos para la salud, el consumidor vería una etiqueta nutricional que clasifica al aceite como un alimento muy peligroso. Italia está completamente decidida a solicitar la exclusión de etiquetado frontal, lo sabéis ya, porque lo hemos hablado muchas veces, a las DOPs e IGPs. La excelencia de nuestra producción agroalimentaria, uno de los productos más imitados y falsificados en todo el mundo, que tengan que, por expresa previsión normativa, tener una específica composición cuantitativa y cualitativa, y no otra. En esto seremos intransigentes, y no vamos a permitir el debilitamiento de productos con una clasificación peligrosa, sobre la base de un cálculo matemático que ha salido de un despacho”.

Nos consta que Francia quiere seguir adelante con el Nutri-Score, a pesar de la oposición de la industria láctea francesa, las DOPs y las organizaciones de artesanos y “fermiers”. Alemania y Bélgica van en la misma dirección y ahora también muestra su apoyo el Gobierno de España. Los nórdicos abogan por un sistema propio y similar al Nutri-Score que llaman “Keyhole” y que difiere básicamente en los tipos de perfiles nutricionales, que serían otros más adaptados a la dieta nórdica. No sabemos en qué terminará este nuevo debate europeo, pero desde QueRed seguiremos denunciando las debilidades de un sistema de información al consumidor, que más que ayudarle,  parece estar a la merced de la grandes industrias.

Artículos que nos han parecido interesantes sobre las luces y sombras del Nutri-Score y sobre la posición de algunos países europeos: