¿Cómo hacer una tabla de quesos?

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Ilustración de Cecilia Garmendia

Ahora que se acercan las fiestas de Navidad, tendemos a reunirnos más con familiares y amigos en torno a una mesa. Es la oportunidad perfecta para una tabla de quesos.

Pero, con tanta opción como hay, ¿por dónde empezar? ¿Cómo elegir los quesos, la cantidad y los acompañamientos? Aquí, os damos unas pautas.

En primer lugar, no hay unas reglas fijas de cómo crear una tabla de quesos perfecta. Es cuestión de gustos. Pero para organizarse mejor, se pueden seguir unos consejos sencillos.

Desde QueRed recomendamos elegir quesos elaborados artesanalmente por pequeños productores y si son locales, ¡mucho mejor! En general, suelen ser quesos con unas características y sabores muy interesantes y así, apoyamos a elaboradores del mundo rural.

Como el queso no será el plato principal de la comida, se recomiendan unos 80-100 gramos de queso por persona. Estos se pueden dividir en 3, 4 o 5 tipos diferentes de quesos.

¿Qué quesos elegir?

Aquí entramos en el meollo de la cuestión. Como ya hemos dicho antes, esto depende de los gustos pero os podemos dar unas ideas:

  • Para tener una tabla variada, se pueden elegir quesos de diferentes texturas y tipos de leche. Por ejemplo, podemos elegir un queso tierno de cabra tipo láctico, que suelen tener texturas cremosas y sabores frescos. Podemos elegir también un queso curado de oveja. Y para finalizar, un queso azul de vaca.

Se recomienda comer quesos de menor a mayor intensidad para apreciar mejor los diferentes sabores y aromas.

  • También se pueden elegir los quesos en función de alguna temática. Por ejemplo: todo quesos de tu comunidad autónoma o todo quesos de cabra de diferentes regiones y tecnologías lácticas. Una buena opción para decidir qué quesos elegir, es ir a una tienda especializada en quesos artesanos donde te recomendaran las posibles opciones que tengan.

Maridaje

Una tabla de quesos puede ser sencillamente 4 quesos y algo de pan, o se puede crear una presentación y experiencia gastronómica más compleja añadiendo acompañamientos: ¡el famoso maridaje! Pero no hay que asustarse: el maridaje más común que hacemos (y que funciona a prueba de bombas) es queso curado con membrillo y nueces, o queso y uvas.

Estos acompañamientos tradicionales se basan en que la fruta y los frutos secos acompañan bien al queso. ¿Por qué? Generalmente la acidez de la fruta ayuda a contrarrestar la grasa de los quesos y a preparar la boca para el próximo bocado. Así mismo, los sabores a frutos secos están presentes en muchos quesos curados y acompañarlos con frutos secos de verdad realza ese sabor. Por eso fruta, frutos secos, fruta en conserva y encurtidos son los mejores acompañantes de cualquier queso.

Recomendamos escoger fruta de temporada. Ahora en diciembre hay menos opciones pero manzanas, mandarinas y peras están en su punto. Frutas secas como orejones de melocotón, higos o dátiles también son una buena opción. Los encurtidos tipo aceitunas y pepinillos son otra opción. También se pueden probar otros encurtidos menos comunes como alcachofas en vinagre que maridan muy bien con el queso de oveja curado.

Se pueden combinar las diferentes opciones y mezclar acompañamientos dulces y salados. Además de ayudar a preparar la boca entre queso y queso y aumentar la experiencia gastronómica, los acompañamientos dan un toque de color muy interesante a la tabla de quesos. Y no nos olvidemos de añadir unos picos y panes.

Ilustración de Cecilia Garmendia

Pero, ¿cómo cortar los quesos?

Se pueden dejar los quesos enteros en la tabla pero la verdad es que suele ser más ameno para los comensales si los quesos están cortados de antemano.

Los quesos maduran de la corteza hacia el centro produciendo un gradiente de textura y sabores de fuera hacia dentro del queso. La mejor forma de disfrutar de un queso es comiendo un trozo que abarque todas esas zonas de forma equilibrada. Es decir: que no tenga más corteza que pasta o que no solo tenga parte del centro de la pasta. Para ello, hay que cortar el queso siguiendo unos criterios:

  • Si el queso es pequeño, entero y circular (tipo “Camembert”), se recomienda cortar diametralmente, creando triángulos del mismo tamaño, los típicos “quesitos” del Trivial.
  • Si el queso es curado y viene en una cuña, se puede cortar perpendicularmente al lado más largo para hacer triángulos.
  • Si el queso es un triángulo largo (tipo “Brie”), se suele cortar en cuñas desde la punta del triángulo hacia la base.
  • A veces un queso puede venir en un trozo rectangular, en ese caso se pueden cortar en cubitos.

Para finalizar, se puede disponer el queso y los acompañamientos en una tabla de madera, de pizarra o en una bandeja. La disposición ya dependerá de la capacidad artística de cada uno pero seguro que siguiendo estos pequeños consejos, todo el mundo disfrutará de la tabla de quesos.

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¡Ah! Y recordad que los quesos se conservan mejor en frío pero que hay que sacarlos como una hora antes para que se atemperen y así disfrutar mejor de su sabor.